ESPECIES EN EXTINCIÓN

Amy Winehouse

«Chica no eres tú, es el mundo»

Talento puro, esencia soul

Un 14 de septiembre de 1983 nacía una niña con alma negra y soul en las venas. Pese a que su paso por nuestro mundo fue breve y tan sólo nos dejó dos álbumes, su música y su esencia perdurarán en el tiempo, porque el talento no se compra y la Reina de Candem lo traía de serie.

En sus inicios, con apenas 10 años, formó con su mejor amiga Juliette el grupo Sweet ‘N’ Sour en el que componían sus propios temas y los cantaban. El grupo le debe el nombre a una de las bandas preferidas de la cantante, Salt N Peppa.

Su abuela, cantante de Cabaret, ejerció un gran influencia en su nieta, tanto en sus gustos musicales como en su vida personal. Su padre también contribuyó en alimentar su gusto por el jazz y el soul. Sarah Vaughan, Tony Bennett, Ella Fitzgerald, Frank Sinatra eran parte de la banda sonora de su hogar…

Sus influencias familiares, unidas a su gran talento forjaron la trayectoria de Amy que tomó clases de canto y se formó en escuelas de teatro musical. Debido a sus continuas faltas y malas notas, en la escuela de Sylvia Young, Amy es expulsada, pero eso no evita, que la propia Sylvia la recomendase a su amigo para unirse a la National Young Jazz Orchestra. El Director la describió “como la cantante con más talento natural, que había visto nunca”.

Además de cantar en Pubs a muy temprana edad, escribía poesía y empezaba a hacer sus pinitos en la composición musical. Empezó a grabar sus maquetas con su compañero de la escuela, Tyler James.

Y es en 2003, el año en el que sale a la luz su álbum Frank, en honor a Frank Sinatra. Un disco que mezcla el jazz y el hip hop, y ya nos deja un aperitivo de lo que la gran Diva nos deparaba. Producido por Salaam Remi entre otros y lanzado en Island Records. Recibió dos nominaciones para los BritAwards y fue pre-seleccionada para un Mercury Music Prize.

El dinero que ganó con la firma del álbum, lo empleó en comprarse una apartamento en Candem, y allí vivió una época de salidas nocturnas y excesos, en la que conoció al que sería su futuro marido Blake Fielder, un caradura de poca-monta que iniciaría a la cantante en su bajada a los infiernos. Y así es como vuelve a encontrar la inspiración, Amy, en la ruptura con su novio y nace Back to Black. Un disco desgarrador, con una sinceridad en sus letras abrumadora. Y en el que el mal de amores es la fuente de inspiración más pura para sus canciones. Con letras tan explícitas como “You love blow and I love pow”, tan punzantes “I died a hundred times” y tan sinceras “Love is a loosing game, One I wished, I never played” , la artista se desnudó ante nosotros. En este industria de pop manufacturado, Amy rompió con su dolor, su autenticidad y sus letras que nos invitan a la parte más intima de su vida.

Back to Black fue producido por Mark Ronson, que asistió con asombro a la prodigalidad de la cantante y su rapidez en hacer hits que tocaron y siguen tocando el alma de sus fans. Además de sorprendernos con esta obra maestra, la estrella volvió a aparecer en escena con un look que la convertiría en icono con su moño a lo Ronnie Espector, el eyeliner de Cleoptara, tatuajes y trajes de pin-up.

Amy Winehouse ganó 5 de los 6 galardones Grammy a los que estaba nominada: Mejor Grabación y Mejor Canción del Año, ambos por «Rehab», Artista Revelación, Álbum de Pop Vocal y Mejor Artista de Pop Vocal.

En su corta carrera ganó muchos premios, incluyendo seis Grammys. Su segundo álbum Back to Black es el disco más vendido en Reino Unido de este siglo. Pero la Diva se veía más como una cantante de jazz en espacios pequeños, con una prole de hijos y de mayor haciendo covers en las Vegas. La fama que siempre hace estragos, sin duda le pasó por encima y se convirtió muy a su pesar en la presa de la prensa rosa. En sus últimos conciertos , la cantante se cruzaba de brazos, se negaba a cantar, olvidaba la letra, se presentaba en un estado lamentable y demostraba que no quería seguir con el show.

Amy Winehouse fue la última en unirse al Club de los 27, no sólo las drogas y el alcohol hicieron mella en su cuerpo, la bulimia que arrastraba desde la adolescencia, la presión mediática, el poco apoyo familiar para su rehabilitación, la figura de un padre que ve a su hija como una fuente de ingresos anteponiendo su salud, todo ello sumado a un alma sensible, una personalidad adictiva, fueron el cóctel definitivo para su auto-destrucción.

Antes del fin de sus días, hizo rehabilitación, grabó con su ídolo Tony Bennett “Body and Soul” y tenía en mente el proyecto de formar un grupo con Quest Love, Raphael Saadiq y el rapero Mos Def. Incluso se compró una batería y estaba aprendiendo a tocarla. Es triste pensar todo lo que nos perdimos porque en este mundo tan impostado cuando el talento puro te noquea, sólo puedes caer rendido.

Por siempre Amy, gracias.

Escrito por: Irene Fernández

DISCOGRAFÍA

DOCUMENTAL

https://www.filmaffinity.com/es/film828907.html

Deja un comentario