
Una inmersión en la BSO de Once Upon a Time in…Hollywood
La elección sonora de Tarantino
Tarantino, conocedor del poder de la música con la imagen, nos deleita una vez más con un banda sonora que rinde homenaje a la música de la década de los 60. El director ha logrado que algunas canciones estén en el imaginario colectivo, como “Across 110th Street” de Bobby Womack que nos teletransporta automáticamente a los créditos de Jackie Brown o el “Girl You’ll Be a Woman Soon” de Urge Overkill que nos hace cómplices del baile pre-sobredosis de Mia Wallace en Pulp Fiction…Y una vez más, lo vuelve a hacer con esta obra maestra, dejando para siempre su huella visual y musical.
¿Te vienes? ¡Sumerjámonos en ella!
La película se desarrolla en una de las épocas doradas de Hollywood. Y toma como referencia los brutales asesinatos perpetrados por la secta de “La familia Manson”. El asesinato de la actriz Sharon Tate marcó un antes y un después en el Star System de Hollywood e influyó en el modo de vida de aquella época que hasta entonces había seguido la filosofía del amor libre y la paz, pero estas terribles muertes empañaron el ambiente de la época. Como ya sabemos, el director le da una original vuelta de tuerca a la historia. Tarantino quiso que el estreno fuese el 8 de agosto de 2019, fecha en la que se cumplían 50 años de los asesinatos, pero la productora Sony decidió retrasarlo para evitar suspicacias.
El director también quiso que todas las canciones fueran de 1969 o anterior, premisa que cumple a raja tabla. A excepción de “Miss Lilly Langtry” de Maurice Jarre. La canción compuesta en 1972 suena en los créditos finales.
El primer tema de la película sale de la radio del Cadillac de Cliff Both, personaje que interpreta Brad Pritt. Al igual que otras muchas canciones, durante el film, se oirán a través de la radio de los coches de los protagonistas. El comienzo con Roy Head & The Traits, y su composición: “Treat Her Right”, cuya letra empieza “I wanna tell you a story” es sin duda una buena introducción. También es brillante la inclusión de fragmentos de KHJ, la exitosa emisora de radio en AM, que contribuye a ambientar la banda sonora y da la impresión de que estamos escuchando el dial de la cadena en 1969.
Al cuarto de hora del largometraje, entra en escena “La familia Manson”, encarnada por un grupo de chicas que va recogiendo comida en las basuras y entona una melodía, que no es otra que una canción compuesta por el propio Charles Manson. El líder de la secta era aficionado a la música y fantaseaba con crear un grupo musical desde el cual poder transmitir sus mensajes apocalípticos. Pensaba que el mundo estaba abocado hacia una guerra racial entre blancos y negros. De hecho creía que este mensaje estaba siendo difundido por The Beatles, concretamente en la canción “Helter Skelter” del álbum blanco. Tanto creía en esa idea que las palabras “Helter Skelter” se convirtieron en una especie de slogan para la secta, llegando incluso a escribirla con sangre en la pared de una de las viviendas en la que cometieron sus asesinatos.
Manson tuvo una gran amistad con el batería de la banda The Beach Boys, Dennis Wilson. El músico abandonó la secta cuando comenzó a ver tendencias turbias en su ideología. Pero antes, puso en contacto a Charles con el productor Terrence que vivía en el número 10050 de Cielo Drive. Este último rechazó la producción de cualquier proyecto musical de Manson. Y ese fue el motivo desencadenante de los asesinatos. El líder de la secta acudió a la mansión para asesinarlo pero se encontró con que ahora la vivienda estaba habitada por la familia Polanski. Días después, decidió que sus lacayos volvieran a la casa para terminar lo que él no pudo terminar. Y si, aún no has visto la película, te aconsejo que veas como Tarantino reescribe la historia.

Después de este inciso necesario acerca de Manson y su relación con la música, seguimos esta maravillosa travesía en el Cadillac de Cliff Both donde suena “Mrs Robinson” de Simon & Garfunkel, canción mítica de la banda sonora de “El Graduado”, justo cuando Brad Pitt tiene un “crush” con una muy joven adepta de la secta de Manson, Pussycat (interpretada por la actriz Margaret Qualley).
En la radio de ese coche suenan maravillas intemporales y clásicos a lo largo de todo el film, Joe Cocker, Billy Stewart, Bob Seger, Neil Diamond, sintonizan a la perfección con uno de los éxitos del grupo español Los Bravos, “Bring a Little Lovin”.
Y es en otro coche, el de Polanski y Tate, mientras cogen las curvas de Cielo Drive que suena “Hush” de Deep Purple, y no se me ocurre mejor canción de la época para acompañar esa bajada sinuosa en un clásico MG.
“Son Of A Lovin’ Man”, de Buchanan Brothers, es la canción elegida para animar la fiesta en la mansión Playboy. La escena refleja el ambiente de la noche californiana, con fiestas de lujo en grandes casas.
Como anecdótico cabe destacar el momento en el que escuchamos al personaje de Sharon Tate (Margot Robbie) decirle al de Jay Sebring “no le digas a Jim Morrison que estás bailando con los Raiders mientras suena en el tocadiscos de la escena “Good Thing” de Paul Revere & The Raiders. Dicho grupo en la época no era tomado muy en serio. Tarantino en su film hará uso de 3 de sus canciones.
A título personal, me quedo con la versión semi- desconocida de José Feliciano y su
especial “California Dreamin” de The Mamas & The Papas. Para mí, es esta la parte en la que música y fotogramas se fusionan para hacer la magia. Mientras empiezan a lucir los luminosos de Sunset Boulevard, los protagonistas regresan a sus casas en sus respectivos coches, cuando cae la noche, empieza a correr la brisa y un José Feliciano nos deleita con su melodía.
La canción de los Rolling “Out of time” también le hace justicia a la escena, en el momento de la llegada del avión, y posteriormente caminata glamurosa del personaje Rick Dalton y su novia italiana por los pasillos del aeropuerto de los Ángeles, al más puro estilo Jackie Brown. El final de la canción sirve como acompañamiento para encender todas las luces de neón de la ciudad, y eso es algo que ya se ha grabado en mi retina sonora, me pregunto si os habrá pasado lo mismo.
No es coincidencia que “Twelve Thirty (Young girls are coming to the Canyon”) de The Mamas & The Papas sirva como preludio para la supuesta masacre de la familia Manson. El grupo de música tenía una gran amistad con la actriz Sharon, y sus miembros se vieron muy afectados por su pérdida. De hecho en la escena de la fiesta, en la Casa Playbloy, aparece Mama Cass interpretada por Rachel Redleaf.
Para finalizar Vanilla Fudge, exponente claro de la psicodelia de la época, protagoniza una de las escenas más violentas de la película con su “You keep me hangin’ on”.
Y así es como el maestro nos deleita, con su manera de contar y su talento innato para elegir canciones. Tendremos que esperar a su última película, que versará sobre el universo Star Trek. Al parecer, el guión está ya escrito y las negociaciones muy avanzadas. Desde hace años Tarantino siempre proclamó a los cuatro vientos que dirigiría sólo 10 películas. Espero que se retracté de sus palabras y haya más, el mundo es más bonito con su arte.
¡Gracias, genio!
Escrito por: Irene Fernández

